Puramente Superficial

O las rosas rojas en un balcón hecho de nubes. Asoma tu mirada por debajo de los cielos y contempla los placeres de la magna belleza terrena. ¡Aléjate de los cimientos de la existencia y contempla el cielo en la tierra!

El descenso hacia abajo hace que tus alas se vuelvan innecesarias, ¡Abandona las plumas para que no deslumbren tu vista! El aire golpea tu cara mientras bajas en picado, la niebla se aparta para dejar paso a tu rostro azotado por el viento. Te diriges fascinado hacia el Arco Iris y lo penetras, enamorándote demasiado rápido de sus colores.

La fricción contra la pureza desgarra tu alma, tu amor por el azufre multicolor te enloquece, ¡Adoras al plomo! ¡Baja, desciende hasta los confines de la tierra y divídete! Tu concubina te espera, te encuentras con ella y vuestra descendencia bebe el agua del olvido.

Ahora sois mil y celebráis vuestro pecado entre las flores del jardín. Pisoteais las flores y plantais otras nuevas, unificais vuestros reinos y volveis a desmembrarlos. Contemplais la belleza de las estrellas reflejada en aguas cristalinas, disfrutáis del amor por las artes bañadas en luz artificial, creais vuestro propio oro y os adornais de su esplendor. Contemplais con admiración vuestra obra y olvidais las alas que ya teníais, o las rosas rojas en un balcón hecho de nubes.

¡Quomodo obscuratum est aurum, mutatus est color optimus!